lunes, 11 de mayo de 2009

OVACIONES PARA EL FINO, QUE PONE EL TOREO GRANDE EN VALDEMORO

La espada se ha llevado esta tarde el triunfo numérico en Valdemoro, mas sería injusto por ello obviar la actuación del maestro, cumbre con el cuarto toro de José Luis Pereda, al que ha cuajado de principio a fin, poniendo, como con todas sus grandes obras, a todos de acuerdo.

Si importante y de altura ha sido el recibo con el capote, con varios lances bellísimos y una media marca de la casa para la que faltan adjetivos, de antológico se podría definir el inicio de faena, abrochado con un monumental cambio de mano, con el que han crujido los tendidos. El toro, al que el maestro ha dejado prácticamente entero en el caballo, ha respondido al exigente toreo en redondo, encajado y siempre por abajo, que ha derivado en varias tandas de enorme profundidad y longitud. Lo que se dice el toreo puro, el toreo eterno.

Al natural, por donde el toro quería menos, han surgido también muletazos largos y asentados en una serie que ha dado paso a un final en redondo que ponía el broche a una gran obra. La rúbrica final, la de la espada, es la única que ha faltado, la que ha privado al Fino de cortar un rabo casi seguro esta tarde en Valdemoro.