sábado, 29 de noviembre de 2008

UNA TARDE HISTÓRICA QUE TERMINÓ EN PROCESIÓN (CÓRDOBA, 23/05/90)

Tenía ya ganas de retomar la reproducción de imágenes para el recuerdo del maestro Fino. Espero tener algo de tiempo durante el invierno para montar varios vídeos con los que podamos disfrutar hasta que empiece la temporada.

El de hoy nos lleva hasta la feria de mayo de 1990. El cartel en cuestión se repitió varias veces a lo largo de la temporada, dado el gran éxito artístico y taquillero que resultó tener. Luis Domeq a caballo y un mano a mano entre Finito de Córdoba y Chiquilín.

Aquel miércoles de feria resultó histórico, tanto por lo acontecido dentro del Coso de los Califas como fuera de él. De la formidable actuación que Juan Serrano tuvo aquella tarde he elegido la que tuvo lugar en el quinto novillo de un muy buen encierro enviado para la ocasión por D. Alvaro Domeq. Finito cuajó con capote y muleta a ese bravo ejemplar de Torrestrella, causando el éxtasis colectivo y poniendo literalmente bocabajo la abarrotada plaza cordobesa. Terminada la faena llegó el escándalo, y es que el presidente concedió al torero una sola oreja cuando la plaza entera estallaba pidiendo el rabo. El ruedo se inundó de almohadillas y a punto estuvo de terminar la cosa en grave alteración del orden público. ¡Y aún quedaba por lidiarse un novillo!. Por fortuna, se impuso la cordura, y nada terminó mal, sino todo lo contrario: en multitudinaria procesión por Ciudad Jardín y hasta el mismo Hotel Meliá, con el torero a hombros.

Les dejo un recorte de prensa, un extracto de la magnífica crónica firmada por Guillermo Mira para la revista Aplausos, y por supuesto, el vídeo de tan inolvidable actuación.

("Pinchando" sobre la imagen la podrán ver y leer perfectamente)

FINITO DE CÓRDOBA, EN EL TRONO DE LOS CALIFAS, Por Gillermo Mira.


Una tarde así, sólo se da una vez en la vida profesional de uno de esos elegidos que profesan el oficio más bonito del mundo. La perfección en el toreo sólo la alcanzaron aquellos que por designio divino fueron tocados por el hado de la gracia. Tú, Juan Serrano, "Finito" de la inmortal Córdoba, lo conseguiste una tarde de un florido mayo en la feria de tu ciudad...

... por eso, un veintitrés de mayo en Córdoba me pareciste que más con el cuerpo, toreaste con el alma. Y a los ojos, húmedos de emoción, de los viejos aficionados cordobeses les evocaste una época que creían definitivamente enterrada en la historia. La Córdoba taurina de los Califas...

... La inspiración, Juan Serrano, dicen que es un tenue soplo que arrulla al oído del artista; la tuya fue un indómito huracán que asombró a todos tus paisanos, que en masa acudieron a la plaza. Y poco te importe que un insensible e incalificable presidente no te diera el rabo del formidable novillo de Don Alvaro, que lo importante es tu consagración como ídolo en el corazón de tu pueblo...