sábado, 24 de mayo de 2008

GRANADA: SIN PUERTA GRANDE, PERO DE CANTE GRANDE (y II, crónicas y vídeo)

Finito de Córdoba estuvo magistral con el cuarto de la tarde, que fue bueno, al que ligó tandas con la diestra, de mano baja, que tuvieron largura y empaque. Mató de un pinchazo hondo. Previamente había perdido con un bajonazo la recompensa a un importante inicio de faena con la muleta, en la que cuajó series extraordinarias con la diestra, por donde el toro se desplazaba con nobleza. (Mundotoro)

Finito de Córdoba, con el buen cuarto, tuvo pasajes de mucha calidad, fundamentalmente con la diestra, con muletazos largos y de mano baja. (Efe)

A la segunda serie ya estaba el torero con los riñones encajados, citando a la media distancia, alargando el viaje. Le faltó al toro más pujanza, de ahí que no terminara de romperlo el torero. Aun así, un par de muletazos cerrando el círculo, rematando más allá de la cadera, fueron auténtico lujo en medio de un toreo de alto nivel. (Diario Córdoba)

Con el cuarto, el mejor toro del encierro, el de mayor fondo y también el de más clase, ‘Finito’ volvió a sentirse, sobre todo con la mano derecha. Incontables las series en redondo que instrumentó y todas ellas de trazo largo, con mucha torería, con acusada hondura. (Ideal de Granada)

Finito de Córdoba ha tenido también una actuación buena esta tarde en la Monumental de Frascuelo. En su primero hizo un trasteo bueno, con muletazos largos y de gran plasticidad. Pero en el 4º estuvo mucho mejor,aunque la faena no llegó a alcanzar cotas mas altas. Ligó tandas de muletazos tanto por la mano diestra como por la zurda de una gran calidad, pero mato de una media y al final el premio se quedo en una oreja y no pudo salir a hombros con sus compañeros. (Desdelcallejon)

Finito en su primero cuajó 2 series perfectas con la diestra. El toro, el mas gordo de la corrida, se fue apagando a la vez que la faena...En su segundo, un toro más terciado, cuajo también con la mano derecha series excelsas de mano baja, con hondura y profundidad. (Torería.es)

Su profunda labor del primero tuvo continuidad en el cuarto de la tarde ante un buen toro. El patrón estaba concebido de antemano. Había que llevarlo por la derecha, aprovechar su excelente pitón y entregarse a la fantasía en unas dibujadas series que cada vez caían más bajas. El temple fue la figura de “Finito de Córdoba” ante sus dos toros. Y el mando también. (Granada Digital)