domingo, 8 de febrero de 2009

FINO EN TORREHANDILLA, POR FIDEL ARROYO

Estas son, como el propio Fidel me definió al enviármelas, unas cuantas gotas de arte del Fino. Unas gotas que brotaron en la finca jiennense de "La Marquesa" con varias vacas de Torrehandilla. No obstante, el reportaje que nos ocupa corresponde a una sola de las vacas que tentó el maestro aquel día.

Me cuenta Fidel que fue un tentadero magnífico, en el que El Fino disfrutó e hizo disfrutar a los presentes con un toreo de muchos kilates. Por suerte, además de su testimonio verbal, tenemos el privilegio de tener también un esplendido testimonio gráfico que sin duda alguna, y por mucho que él (Fidel) se empeñe en negar modestamente, hace honor de manera sobresaliente a tan genial torero y artista.

Y a propósito de esa modestia del amigo Fidel, tan sincera como el resto de sus notables valores como persona y como profesional, hubo alguien, que lo aprecia y lo quiere bien, que me dijo hace tiempo que su principal problema radicaba precisamente en eso, en ser tan bueno en un mundo como el taurino. Quizá lleve razón en cierta parte, aunque para mí fue muy grato conocerle hace unos años y descubrir en él esa honestidad y limpieza que a veces se echa en falta cuando uno escarba un poco en las entrañas del taurineo. Por eso es un orgullo tenerlo como amigo.

Gracias por volver a permitirnos disfrutar con tu trabajo.