domingo, 22 de febrero de 2009

REENCUENTRO

Tenía ganas, muchas ganas. Ansiaba volver a verle abrirse de capote. Algo más de cuatro meses habían transcurrido desde la última tarde en Montoro, aquella que tan buen sabor de boca nos dejó, y de la que todavía perduran momentos en la retina. Por eso, era mayor el deseo de volver a disfrutar, y no me quise conformar con la distancia natural, sino que me bajé a un burladero de la placita de tientas. Quería mirar más cerca, quería escuchar, oler y sentir cualquier resquicio de arte que brotara de aquel albero. Quería volver a fundir realidad y sueño, toda la ilusión de un anhelo con todo el sentimiento de una verdad.

No había tiempo, pues tampoco había prisa. Por delante tres toros, tres, y un torero, el más grande y artista. El mejor. Poco a poco, Fino nos fue envolviendo en la magia de verónicas trazadas con genuina majestad, en una media arrogante, casi altiva, mucho más que elegante. Y otra más. Y otra. Para acto seguido sacar del baúl de la inspiración una larga cordobesa eterna y lenta, que atravesó sublime los límites de toda razón.

De muleta la grandeza. Temple y cadencia, compás y hondura. Pero también precisión, lo más cercano a la perfección en el toreo, haciendo mías las palabras de otro grande, Vicente Amigo, definiendo a Juan Serrano. No terminó de entregarse ninguno de los tres. A todos les faltó final y fondo, pero a todos los exprimió Fino con la máxima sapiencia y maestría, con el arte mayor y supremo. Y volvió a regalarnos un puñado de ilusiones, cincelando muletazos soberanos y engendrando en sus muñecas cada trazo de aroma y sabor. Y nacieron trincherillas y ayudaos, y volvieron a encenderse los silencios, y entre ellos una voz por tanguillos se arrancó: "Otro Califa ha nacío, otro Califa ha nacío. Y aunque no lo diga el tiempo, lo dice el corazón mío..."

El mío... que sigue latiendo finitista, y que ayer se alimentó para seguir forjando sueños un año más. Ya viene, ya empieza. Bendito anhelo. Bendita ilusión.

Fotografías de Rafael Sánchez Pineda. ¡Gracias Rafa!.