lunes, 27 de octubre de 2008

RESUMEN DE LA TEMPORADA (IV)


SEPTIEMBRE: CALIDAD Y CANTIDAD


Abordo ahora un tramo de la temporada que no nos resulta tan lejano, y quizá por eso estén más frescas en la memoria las noticias que nos deparó. Por fortuna, casi todas fueron gratas, y los éxitos y el buen toreo se sucedían por igual, o lo que es lo mismo, la calidad fue unidad en esta ocasión a la cantidad. Cinco puertas grandes, un indulto, doce orejas y dos rabos.

Decía al comenzar el resumen de la primera parte del año que esta temporada había seguido una tendencia al alza, y fue justo en este final donde alcanzó su punto máximo, en el mes de septiembre y, como se podrá comprobar posteriormente, en octubre.

Para empezar, un lote totalmente a contraestilo no dio ninguna opción en Palencia. Allí, dicho sea de paso, la afición esperaba dividida, pues todos se acordaban del pasado año, lo que ocurre es que había quienes recordaban más lo del primer toro, con los tres avisos, y quienes lo hacían más del segundo, donde se sucedieron los mejores muletazos de la feria. Este año no hubo suerte.

Tampoco hubo fortuna, esta vez con la espada, ni en Guadix ni en Villena, donde sin contar con buenos lotes, El Fino puso todo para sacarles el máximo partido, perdido varios trofeos con el acero. Fue en la tarde de Villena, donde en uno de los pinchazos se le produjo una lesión en el hombro derecho, que le hizo perder los compromisos de Barbastro y Monóvar.

La reaparición, muy cerquita de aquí, fue a lo grande. En Villacarrillo, un feudo muy suyo, Juan cuajó una gran tarde con dos faenas de altura, cortando tres orejas y siendo una vez más, y si no me fallan las cuentas sería la sexta vez, candidato a obtener el Trofeo Muleta de Plata que otorga la Peña Sol y Sombra de la localidad jiennense.

Dos días después, en Móstoles, otra enorme actuación, en la que lo de menos fue el premio obtenido, una oreja en cada toro, siendo lo verdaderamente importante el temple y la profundidad que El Fino imprimió a su toreo en sus dos toros, a los que cuajó de manera sensacional con el capote y no menos extraordinaria con la muleta.

Madridejos, al día siguiente, con poca fortuna en el sorteo, fue la víspera del decimoctavo indulto en la trayectoria del maestro. Tuvo lugar en la Torralba de Calatrava, en un festejo en el que entró por la vía de la sustitución. Allí, cuajó al bravo Desafiador, de Antonio Bañuelos, que tras la excelente faena de Juan volvió con vida a los corrales.


Majadahonda, con un nuevo triunfo, y Villamartín, cerraban este exitoso ciclo de septiembre, destacando en la localidad gaditana, con el corte de tres orejas y un rabo, la faena a su segundo toro, un animal encastado y complicado, con el que el maestro expuso mucho hasta terminar sometiendo y llevando por abajo una embestida que no era nada clara, cuajando una faena de mucha emoción.