El toreo en redondo de Finito de Córdoba fue, en sus inicios, un complemento suficiente, aunque no necesario para su tauromaquia. Dicho en otras palabras, al Fino le ocurría lo que antes y después de a él le ha ocurrido a otros toreros que han ejecutado de manera excepcional el toreo al natural, es decir, con la mano izquierda. Un toreo natural cuya sombra se alarga oscureciendo otras suertes.
Por tanto, al lógico margen de mejora se le unía la extraordinaria dimensión que cobraba el toreo zurdo en sus faenas, haciendo en muchas ocasiones poca justicia a la belleza y buena ejecución que iba alcanzando el torero al manejar la franela con la diestra.
Con los años, la derecha del Fino ha ido igualando a la izquierda en mando, temple y profundidad. Cuando el toro lo permite, es un placer para los sentidos disfrutar de los que quizá sean los muletazos con mano baja de mayor longitud y hondura que podamos ver, teniendo como aliadas una elegancia y una estética que también son únicas cuando torea El Fino.
La evolución, el perfeccionamiento y la búsqueda de una mayor armonía y belleza, han hecho que el muletazo diestro del Fino sea más bien un ramillete de varios, que surgen a veces en una misma serie, haciendo aún más genuina su ya de por sí intransferible interpretación.
Por tanto, al lógico margen de mejora se le unía la extraordinaria dimensión que cobraba el toreo zurdo en sus faenas, haciendo en muchas ocasiones poca justicia a la belleza y buena ejecución que iba alcanzando el torero al manejar la franela con la diestra.
Con los años, la derecha del Fino ha ido igualando a la izquierda en mando, temple y profundidad. Cuando el toro lo permite, es un placer para los sentidos disfrutar de los que quizá sean los muletazos con mano baja de mayor longitud y hondura que podamos ver, teniendo como aliadas una elegancia y una estética que también son únicas cuando torea El Fino.
La evolución, el perfeccionamiento y la búsqueda de una mayor armonía y belleza, han hecho que el muletazo diestro del Fino sea más bien un ramillete de varios, que surgen a veces en una misma serie, haciendo aún más genuina su ya de por sí intransferible interpretación.






