Tarde de poco fuste en Zaragoza para Finito de Córdoba. Ante dos oponentes que no se han prestado para el excesivo lucimiento, Juan Serrano ha realizado a su primero una faena con varios muletazos largos y templados pero faltos de emoción ante la sosería del animal. En el segundo, al que se le ha pegado mucho en un largo primer puyazo, la faena no ha llegado a tener pasajes de interés ya que el toro ha llegado muy parado a la muleta. Sobró ese largo puyazo, aunque bien es cierto que en los capotes tampoco había mostrado el astado una embestida franca. Y otra cosa bien cierta es que El Fino no ha contado con el material más propicio en su lote. Así, y respetando todos los matices que cada uno quiera añadir, lo he visto yo.
Del resto de la tarde, destaco la disposición de El Juli ante un lote también poco propicio y con el que pudo tocar pelo de haber manejado con acierto los aceros. El Fandi contó con un primer toro de gran calidad al que banderilleó y toreó a placer, en mi opinión con menos reposo del que la templanza del toro requería. Cortó una oreja. En su segundo, un toro con movilidad y emoción en los primeros tercios, formó un alboroto con los palos, estando a punto de llevarse una cornada pero poniendo la plaza bocabajo. Mantuvo el tono en el inicio con la muleta, comenzando de rodillas e instrumentado un buena serie con la derecha. De mitad de faena en adelante el toro bajó el tono y a partir de ahí el torero se empeñó en hacerlo pasar y mantener alta la temperatura de los tendidos, para culminar con una estocada hasta el puño y un descabello. Otra oreja de total justicia, una justicia que no hubiesen tenido las dos que se le pedían. Bien El Fandi y bien el presidente.
Del resto de la tarde, destaco la disposición de El Juli ante un lote también poco propicio y con el que pudo tocar pelo de haber manejado con acierto los aceros. El Fandi contó con un primer toro de gran calidad al que banderilleó y toreó a placer, en mi opinión con menos reposo del que la templanza del toro requería. Cortó una oreja. En su segundo, un toro con movilidad y emoción en los primeros tercios, formó un alboroto con los palos, estando a punto de llevarse una cornada pero poniendo la plaza bocabajo. Mantuvo el tono en el inicio con la muleta, comenzando de rodillas e instrumentado un buena serie con la derecha. De mitad de faena en adelante el toro bajó el tono y a partir de ahí el torero se empeñó en hacerlo pasar y mantener alta la temperatura de los tendidos, para culminar con una estocada hasta el puño y un descabello. Otra oreja de total justicia, una justicia que no hubiesen tenido las dos que se le pedían. Bien El Fandi y bien el presidente.