Sus cabezas cuelgan de las paredes del Museo Taurino "Finito de Córdoba", de Aguilar de la Frontera.
Son dos recuerdos. El segundo, sin duda, de mayor peso artístico y también de mayor prestigio, aunque el primero es superior en lo que al aspecto sentimental de un servidor se refiere. De los dos hablaremos en los próximos días, recreándonos y disfrutando de sus imágenes.