viernes, 17 de septiembre de 2010

A LAS PUERTAS DE UN SUEÑO...

Ayer hablé con un torero. Con una mujer soñadora, luchadora y libre que ha sabido y ha querido aferrarse a su destino elegido hace unos años. Hablé, sobre todo, de un sueño, del "sueño de su vida", como ella misma subraya, que en apenas dos días verá hecho realidad.

Sandra Moscoso, jerezana de 24 años, está a las puertas de convertirse en Matador de Toros. Atrás, en ese camino de sueños y luchas, quedan más de ocho años dedicados en cuerpo y alma a poner los cimientos para un doctorado taurino que ya espera la vuelta de la esquina. "Empecé con 16 años en la Escuela Taurina de Jerez, y tras cuatro años sin picadores debuté con caballos en 2002, en Sanlúcar de Barrameda".

Tras esa fecha, y ya comenzando a recorrer un camino de más obstáculos y reválidas, después de cerrar su periplo por la Escuela Taurina, los sabores y sinsabores de esta bendita profesión la han ido curtiendo y madurando, experimentando, además del amargor de los percances, también el dulce sabor del triunfo en plazas de importancia como El Puerto y Jerez, así como de tardes importantes, como su presentación en Madrid y Sevilla, unas experiencias que le han servido tanto para crecer profesionalmente como para ganarse el respeto y la admiración de compañeros y afición.


Con esas credenciales, el próximo domingo Sandra entrará en la historia como la primera mujer que toma la alternativa en una plaza andaluza, siendo la segunda de nuestra comunidad en entrar en el escalafón superior, tras Mari Paz Vega.

"Mi padrino, un torero de toreros"

Para la ocasión, un cartel especial. Juan Serrano "Finito de Córdoba" como padrino, y un paisano, Juan José Padilla, de testigo. "La verdad es que no tenía ninguna predilección o deseo especial por un padrino de alternativa, ya que tengo un gran respeto por todos los matadores de toros y sería muy atrevido por mi parte permitirme el lujo de dar unos nombres por delante de otros". No obstante, ya con el cartel en la mano Sandra confiesa que "Es muy bonito. Especial para cumplir un sueño. Con un paisano como el maestro Juan José Padilla, al que admiro y tengo la fortuna de conocer personalmente, y un padrino como el maestro Finito, un torero de toreros, con una trayectoria admirable que habla por si sola".

Al hablar del Fino, Sandra me cuenta una anécdota curiosa. "Hace años, cuando aún yo no había debutado, siendo una niña, acudí a La Carlota a una fiesta campera en la que toreaba el maestro Finito, y le pedí que se hiciera una foto conmigo. Ese recuerdo lo guardo desde entonces con mucho cariño, y fíjate, quien me iba a decir entonces que dentro poco, si Dios quiere, voy a tener otra foto con él, años después, cediéndome los trastos como padrino de mi alternativa".

Es lo que tienen los sueños, que además de que algunos se cumplen, van impregnados de historia, de recuerdos, de anécdotas que los hace más bonitos, más románticos si cabe, y que llegado el día en el que puedes tocar con las manos la anhelada realidad, todo lo vivido se te agolpa para dotar el momento de más sentimiento, de mayor autenticidad.

De todo eso, de sueños y sentimiento, algo sabe Sandra, y ayer a mí me habló del más grande, del más esperado, el que aquella niña, ya mujer, admiradora de Ordóñez, que se miraba en el espejo de los clásicos para aprender y ejecutar el toreo más puro, está a punto de convertir en verdad, en auténtica y bella realidad. El domingo, en Ubrique, Sandrá Moscoso será Matador de Toros. Mucha suerte torero, y larga vida a tus sueños.

Fotos: Juan Pelegrín.