martes, 2 de junio de 2009

EL MAESTRO EN DIARIO CÓRDOBA: "PIDO DISCULPAS PORQUE NO QUISE FALTAR AL RESPETO A NADIE"

Tras el comunicado de prensa emitido ayer, el maestro Finito de Córdoba concedía también una entrevista a Diario Córdoba, analizando lo sucedido el pasado viernes en el Coso de Los Califas. Sus declaraciones, claras y sentidas, deben servir para zanjar una polémica que ha corrido como la pólvora y que ha desatado muchas opiniones, algunas ciertamente fuera de lugar.

Una vez más, el maestro se muestra sincero y auténtico, de la misma forma que se mostró el viernes, pues en ningún momento actuó movido por nada más que sus sentimientos y su corazón. Ahora, desde la reflexión y la tranquilidad, analiza lo ocurrido y vuelve a dejar claras muchas cosas.

¿Ha considerado que Córdoba se merece una disculpa de su parte?

Por supuesto. Puedo llegar a entender que la gente se molestase en ese momento y que se quedara sorprendida con mi actitud. Una actitud que quiero que la gente sepa que tuvo un motivo. Y el principal motivo es que soy una persona y un torero que me considero muy sensible y que en un momento dado me sentí herido. Pero en ningún momento quise faltar al respeto, porque en ningún momento hice ningún gesto despectivo hacia el público ni hacia la presidencia. Me limité a coger las orejas, a devolverlas correctamente a mi banderillero, me fui al centro de la plaza e hice un saludo lo más cordial y caballero que pude.

Pero estará de acuerdo en que molestó al público.

Puedo entender que molestara y pido disculpas a la gente que se molestase. Puedo estar de acuerdo en que no fuese la forma más acertada de actuar, pero sí es verdad que el motivo que me movió fue la tarde anterior. Es decir, cuando cumplía mi 50 paseíllo, y además en una tarde muy digna, no se me trató correctamente, o al menos parte del público no me trató correctamente. Entonces, como cordobés, como torero de Córdoba, me sentía herido. ¿Que en caliente, lógicamente, declaré lo que declaré...? -dijo que era "vergonzosa e indignante la actitud del público conmigo"-. Fue duro, sí, pero es lo que en ese momento sentía, y desde luego fue en caliente. Córdoba forma parte de mi vida hasta la muerte, por tanto, como cordobés y torero de Córdoba, me siento un privilegiado, y creo que como me ha tratado el público de Córdoba de bien con ninguno lo ha hecho.

Cuando dice que parte del público no se portó correctamente con usted en su primera tarde, ¿a qué se refiere, a que lo despidieron con algunos pitos y almohadillas?

Sí, eso me descolocó. Porque que no hubiera petición de oreja en mi segundo me sorprendió, pero bueno, eso lo acepté porque a lo largo de mi trayectoria me ha pasado muchas veces. De hecho, luego, la ovación cuando salí al tercio fue muy fuerte y bonita, pero al abandonar la plaza hubo una división muy fuerte, con pitos y lanzamiento de almohadillas, algo que me dejó muy sorprendido. No lo entendí, porque una de las cosas más bonitas que hay es el respeto. Y ahora dirá mucha gente, ´¡Pero hombre, si el respeto no lo tienes tú con las declaraciones que has hecho!´ No es así. El respeto es mutuo, y yo siempre tengo respeto cuando me lo transmiten. Eso es lo que quiero, y a lo mejor es lo que no noté ese primer día. Algo que sí noté, en cambio, el segundo día. Y quiero insistir, en cualquier caso, en que no quise traicionar a nadie, pero los que me conocen saben que soy impulsivo y unas veces llevo razón y otras me equivoco. Pero cuando me equivoco no me cuesta reconocerlo, como en este caso. Aunque también quiero que se me reconozca que no recibí el trato más debido el primer día.

Y a partir de ahí, a pesar de que el público le dispensó otro trato ese segundo día, y le da las orejas, le puede el calentón, hasta el punto de que, peor que el gesto de no dar la vuelta, más graves se pueden considerar las declaraciones que hizo posteriormente.

Hombre, te preguntan en el callejón, después del esfuerzo, en caliente..., desde luego no es el mejor momento para contestar. La adrenalina, la tensión, lo que tenía dentro... Pero... Si no hubiesen rodado las cosas hubiera tragado y hubiera recibido la bronca del ciclo. Y tampoco es que aprovechara las orejas para decir lo que dije, pero me salió así. Me sentía herido y me salió así.

¿Piensa ahora que hubiera sido mejor callar?

Sí, hombre, sí. En parte, desde luego que sí. Porque bueno, llevar esto a más tampoco tiene ningún sentido, porque en definitiva de lo que se trata es de disfrutar de la ciudad, de tu gente y del toreo. La verdad es que se han producido hechos mucho más bonitos en la feria para alimentarnos y disfrutar, y no merecía la pena la polémica. Lo suyo era quedarse con la faena, con lo bonito, con lo bien que yo me sentí con ese toro, con ese último toro de la feria para mí. Y no cabe duda de que mañana volveré a Córdoba y me volverán a exigir como al que más, y yo se lo agradezco. Porque cuando se me exige como torero es porque puedo dar mucho más de mí. Y lógicamente, también se pueden enfadar por eso, porque me quieren ver en lo más alto y a lo mejor yo en ese momento no soy capaz de darles lo que ellos quieren. Pero claro, no me cabe duda de que cuando salga ese toro que yo cuaje no va a haber ninguna queja ni de mi parte ni de ellos.

De sus declaraciones parecía desprenderse que usted no valoraba el apoyo de Córdoba a lo largo de todos los años de su trayectoria y eso molestó. ¿Pone en duda el apoyo que le ha dado Córdoba?

En absoluto. Tengo clarísimo lo que Córdoba me ha apoyado. Sería absurdo. Para mí Córdoba es Córdoba, y quizás esto que ha pasado, estas declaraciones que hice, ese gesto, fue porque Córdoba es la plaza que más me duele, para bien y para mal. Cuando tengo un triunfo es muy bonito reconocer muchas caras de satisfacción y me ayuda mucho. Córdoba es la plaza que más me llena. Córdoba es algo distinto en mi carrera. Siempre me he sentido muy orgulloso del trato hacia mí.

¿Con todo esto, por tanto, usted está pidiendo disculpas?

Sí, por supuesto. Lo que ocurre es que al mismo tiempo quiero que quede claro que no fue mi intención faltarle el respeto a nadie, ni al público, ni a la presidencia, ni a los profesionales, ni a la prensa. Pero más importante que pedir disculpas o perdón es saber reconocer, como estoy haciendo, que haya podido molestar a mucha gente, incluso partidarios míos. Hasta ahí lo reconozco todo. Pero también quiero decir que mi gesto no fue ofensivo ni de desprecio, fue una forma de expresar mi malestar. Porque también quiero dejar algo claro: el que más sufrí fui yo. Y el que más ha sufrido de ver a mi gente dolida he sido yo. Pero actué como lo sentía en ese momento, aunque está claro que fue un arrebato y que estaba muy caliente en ese momento.

A pesar de estas disculpas, ¿piensa que cuando vuelva a hacer el paseíllo en Córdoba le recibirán con dureza?

Para nada. No lo creo. Sería absurdo, porque ya se trataría de algo personal. Yo de Córdoba siempre estaré orgulloso y de su afición, de los éxitos que he tenido aquí, y para que eso ocurra tiene que haber una comunión mutua y, desde luego, no tengo duda de que existe. Si la gente me quisiera esperar para mal me hubiera esperado la segunda tarde, y no fue así. Cuando un toro embiste todos estamos de acuerdo.

Por eso es menos comprensible lo que ocurrió esa segunda tarde. Si el toro embistió, usted respondió y el público se entregó, ¿no hubiera sido mejor que todo hubiera quedado así y que usted se hubiera tragado la cuenta pendiente?

Sí, esta claro. Ahora lo veo así de claro. Pero te digo algo: tampoco pensé que iba a trascender tanto el gesto. Es más, y vuelvo a repetirlo: no aproveché el éxito para hacer lo que hice y decir lo que dije. Pero la verdad, no pensé que iba a ir más allá. Creo que se ha levantado una polémica un tanto absurda y a mí me ha sorprendido. La verdad..., no sé. ¡Si luego voy por la calle y la gente me adora, y me transmiten el cariño, que yo lo capto! Esta ciudad me ha demostrado mucho, incluso aquella gente que no soy de su gusto, de sus preferencias taurinas. Está claro que no puedo ser del gusto de todos, pero está claro que el reconocimiento profesional lo he tenido de todos. Córdoba me ha dado lo máximo y por eso insisto en que nunca ha estado en mi ánimo faltar al respeto a nadie porque eso no cabe en mi corazón.

Entrevista realizada por Rafael de la Haba.
Foto: Juan Manuel Vacas (Diario Córdoba).