Por encima de los trofeos, que han sido uno en cada uno de sus toros, la actuación de Finito de Córdoba esta tarde en Móstoles ha maravillado por su altura y categoría. El maestro ha cuajado a sus dos oponentes a placer, gustándose y gustando, dejando en sus dos faenas el inconfundible sabor del toreo grande, contando con la colaboración de un buen lote de Carlos Charro.
En su primero ha sobresalido el toreo a la verónica y en redondo, mientras que a su segundo le ha cuajado series al natural que quedarán por mucho tiempo en la retina de los aficionados que han tenido la suerte de contemplarlas, además de un templado y bello toreo a la verónica. El premio, como decíamos, es lo que menos cuenta en este caso. La frialdad del público en el primer toro de la tarde ha dejado en una oreja esa primera faena, y el tener que usar el descabello en el cuarto ha limitado también a un trofeo la gran labor realizada ante ese toro.
Lo que queda es el resto. La sensación con la que esta tarde el público mostoleño abandonará el coso, después de haber presenciado el toreo mayúsculo por obra y gracia de Juan Serrano Pineda.
CRÓNICA
En su primero ha sobresalido el toreo a la verónica y en redondo, mientras que a su segundo le ha cuajado series al natural que quedarán por mucho tiempo en la retina de los aficionados que han tenido la suerte de contemplarlas, además de un templado y bello toreo a la verónica. El premio, como decíamos, es lo que menos cuenta en este caso. La frialdad del público en el primer toro de la tarde ha dejado en una oreja esa primera faena, y el tener que usar el descabello en el cuarto ha limitado también a un trofeo la gran labor realizada ante ese toro.
Lo que queda es el resto. La sensación con la que esta tarde el público mostoleño abandonará el coso, después de haber presenciado el toreo mayúsculo por obra y gracia de Juan Serrano Pineda.
CRÓNICA
Finito de Córdoba también ha dejado un gratísimo sabor de boca con el que abrió plaza, toreando con mucho temple a la verónica y firmando templados y profundos derechazos ya que por el izquierdo el toro tenía mucha peor calidad. Oreja de ley del cordobés.
El cuarto fue el más encastado, con mucho motor y embistiendo con clase por abajo. Finito lo ha saludado bien a la verónica, con lances muy buenos llenos de temple. En la muleta el toro tuvo mucha transmisión y Finito, con muchas ganas, dibujó templadísimos derechazos y naturales, con soberbios remates por abajo. Mató una buena estocada y cortó otra oreja en una buena tarde. (Fernando Gil-Cabrera, Burladero.com)
