GALERÍA FOTOGRÁFICA DE MÉRIDA (JOSÉ RAMÓN LOZANO)
Septiembre, tras, según cuentan, varios naturales de categoría en Alcalá de Henares, trajo "lo de Palencia", una tarde de matices encontrados, agridulce y de emoción, donde el torero pasó por dos estados extremos que servirían de argumento a quien da y a quien toma, y que a servidor siempre le valen para estar con su torero en lo bueno y en lo malo. Dejo aquí una crónica que me gustó por su riqueza y por su forma de expresar el paso de la nada al todo de quien tiene el don de tutear a la inspiración...
Si piensan encontrar en estas letras argumentos que hagan leña del árbol caído y que metan el dedo en la llaga de la parte triste que no oscura de la tarde, no los van a encontrar. Si piensan que al leer esta crónica voy a contarles los detalles morbosos y los gestos de impotencia de Finito de Córdoba cuando estaba a punto de sonar el tercer aviso, y buscan regodearse con el mal ajeno, se están confundiendo de crónica.
Aquí sólo van a encontrar los argumentos que explican cómo Finito de Córdoba se buscó así mismo entre el primer y el cuarto toro, cómo no trató de reconciliarse con el público que toda la tarde le recriminó su actitud, sino que buscó reconciliarse con Juan Serrano y demostrarse que es más que capaz. Aquí van a leer cómo 'El Fino' afianzó la embestida del cuarto y poco a poco lo metió en la muleta llevándolo largo y templado y cómo buscó la elegancia y el lucimiento demostrándose, sólo a sí mismo, que puede seguir siendo el torero que encandila a Justo Hernández toreando de salón en la cubierta de Garcigrande, el que le llena la boca de piropos a Toño Matilla o el que hace ganar apuestas a Alipio Pérez Tabernero del que sigue siendo su torero.
Finito de Córdoba dejó paso por momentos, por duros momentos eso sí, a la persona más que al torero. Hoy ninguno de nosotros vamos a ser capaces de interpretar sus pensamientos al protagonizar la cara y la cruz del festejo y de saber cómo la impotencia se transformó en poder, no por nadie, sólo por él mismo.'El Fino', que no Finito, no quiso pasear su trofeo.