sábado, 17 de noviembre de 2007

SABORES Y SINSABORES... Y MUCHAS RAZONES PARA SEGUIR A SU LADO (MÉRIDA, 31/08/07 - PALENCIA, 05/09/07)

Agosto se fue dejándonos en Mérida una nueva tarde para el recuerdo en la temporada del Fino. He podido ver el vídeo de dos faenas preñadas de belleza y empaque, y reconozco, aunque en pocas líneas de las que llevo escritas en este tiempo he hablado de orejas o de estadística, que me da rabia que esa tarde tan redonda no terminara con cuatro orejas en el esportón por culpa de la espada.


GALERÍA FOTOGRÁFICA DE MÉRIDA (JOSÉ RAMÓN LOZANO)

Septiembre, tras, según cuentan, varios naturales de categoría en Alcalá de Henares, trajo "lo de Palencia", una tarde de matices encontrados, agridulce y de emoción, donde el torero pasó por dos estados extremos que servirían de argumento a quien da y a quien toma, y que a servidor siempre le valen para estar con su torero en lo bueno y en lo malo. Dejo aquí una crónica que me gustó por su riqueza y por su forma de expresar el paso de la nada al todo de quien tiene el don de tutear a la inspiración...


CUANDO FINITO DE CÓRDOBA ENCONTRÓ “AL FINO”. Por Mónica Alaejos.

Si piensan encontrar en estas letras argumentos que hagan leña del árbol caído y que metan el dedo en la llaga de la parte triste que no oscura de la tarde, no los van a encontrar. Si piensan que al leer esta crónica voy a contarles los detalles morbosos y los gestos de impotencia de Finito de Córdoba cuando estaba a punto de sonar el tercer aviso, y buscan regodearse con el mal ajeno, se están confundiendo de crónica.

Aquí sólo van a encontrar los argumentos que explican cómo Finito de Córdoba se buscó así mismo entre el primer y el cuarto toro, cómo no trató de reconciliarse con el público que toda la tarde le recriminó su actitud, sino que buscó reconciliarse con Juan Serrano y demostrarse que es más que capaz. Aquí van a leer cómo 'El Fino' afianzó la embestida del cuarto y poco a poco lo metió en la muleta llevándolo largo y templado y cómo buscó la elegancia y el lucimiento demostrándose, sólo a sí mismo, que puede seguir siendo el torero que encandila a Justo Hernández toreando de salón en la cubierta de Garcigrande, el que le llena la boca de piropos a Toño Matilla o el que hace ganar apuestas a Alipio Pérez Tabernero del que sigue siendo su torero.

Finito de Córdoba dejó paso por momentos, por duros momentos eso sí, a la persona más que al torero. Hoy ninguno de nosotros vamos a ser capaces de interpretar sus pensamientos al protagonizar la cara y la cruz del festejo y de saber cómo la impotencia se transformó en poder, no por nadie, sólo por él mismo.'El Fino', que no Finito, no quiso pasear su trofeo.