viernes, 13 de marzo de 2009

UN PASEO POR LA MEMORIA

He señalado ya en más de una ocasión que una de las mayores satisfacciones que he tenido desde que puse en marcha este blog ha sido la de conocer a muchos y buenos aficionados, y también, sobre todo, a muchos y buenos finitistas. No esperaba, sinceramente, la buena acogida que entre la gran mayoría de ellos ha tenido este trabajo, pues ni siquiera imaginaba que tuviese tanta difusión, una difusión que, aún siendo modesta en comparación con otros rincones de la blogosfera, supera todo lo que yo podía esperar.

Hace poco tuve la suerte de conocer a una persona muy cercana al maestro y que además, como el mismo dice "lleva el hierro de finitista por todos sitios y cada día se siente más orgulloso de serlo". Se trata de Vicente Carlos Campillo, "El Mister", apodo derivado de su actividad profesional y por el que se le conoce cariñosamente entre amigos y allegados. Vicente, entrenador nacional de fútbol, ha ejercido su profesión, entre otros equipos, en el Murcia (primera y segunda división), Xerez, Orihuela, Linares y Córdoba C.F., siendo en su etapa en el club cordobés, allá por el año 88, cuando conoció a Juan Serrano, que aún era novillero sin caballos. "Fue a través de Rafael Piédrola, veedor de "Los Choperitas", que a su vez me presentó a Gabriel de la Haba "Zurito", el apoderado de Juan entonces, y así pude conocerle y verlo por primera vez en La Carlota, en una novillada sin caballos".

Desde entonces se fue forjando una gran amistad entre ellos, y como afirma Vicente "He podido ser su compañero de viaje en multitud de ocasiones, su consultor, su asesor, sin proponérnoslo ninguno de los dos, y así he gozado como nadie puede imaginarse dentro y fuera de la plaza..."

En el agradable rato de charla que tuve con él cuando nos conocimos surgió la posibilidad de que compartiera sus experiencias, sus anécdotas y sus recuerdos de estas dos décadas al lado del maestro a través del blog, y quedó encantado de tener esa posibilidad.

Pronto se cumplirán veinte años desde el debut con picadores del Fino, y pedí a Vicente que me hablara de sus recuerdos de aquella primera época. Dicho y hecho.

Con eso les dejo, con un artículo que por encima de cualquier consideración, tiene el gran valor de estar escrito con la sensibilidad, sinceridad y cariño de un amigo de verdad. Gracias "Mister".


VIVENCIAS CON EL FINO. Por Vicente Carlos Campillo.


Por motivos profesionales, no estuve en Marbella en el debut con picadores de Juan, pero yo entonces vivía en Córdoba, pues era entrenador del Córdoba C.F., y conocía de primera mano el ambiente taurino que provocó el Fino en la ciudad cordobesa.

Recuerdo uno de los primeros tentaderos en los que acompañé al Fino. Íbamos su apoderado de aquella época, el matador de toros cordobés Gabriel de la Haba "Zurito" y yo en la parte delantera del coche, y Juan echado en la parte de atrás, durmiendo, como casi siempre hacía entonces cuando íbamos al campo. Fuimos a la gandería de Soto de la Fuente, cerca de Las Pajanosas, en la provincia de Sevilla. Toreó un par de becerras y un toro con la técnica de un matador de toros consumado. Era sorprendente verlo con la calidad y estética que atesoraba, cuando tan sólo era un novillero sin caballos, y los comentarios elogiosos de Antonio Ruiz "Espartaco Padre" y Julio Pérez "Vito" después del tentadero, mientras degustábamos unos excelentes pinchos de tortilla, jamón, etc... Los recuerdo como si los estuviera escuchando en estos momentos.

Otro tentadero para mí muy especial, también de novillero, fue en la finca Garcisobaco, de Santiago Domeq, donde le conté ciento catorce muletazos a una becerra. Fuimos otro día al Hotel Jerez a tomar algo, y al abonar la cuenta se sorprendía de lo "caro" que cobraban en esos establecimientos. Él era un chaval entonces. Y de ahí a la ganadería de García Fernández-Palacios, donde le esperaban cuatro becerras jaboneras, astifinas hasta decir basta, y con las que estuvo sensacional.

También guardo con un cariño muy especial dos barreras del 26 de julio de 1989, de la plaza de toros de Valencia, donde apoyamos nuestros brazos mi mujer y yo en el capote de paseo de Finito de Córdoba. Mató una novillada de Salustiano Galache, de Salamanca, alternando con Rafael Valencia y Jorge Mazcuñán. Se entretuvo en cortar tres orejas, estuvo cumbre, y a partir de ahí empezaron a llamar todas las empresas del mundo taurino. Se dejó de "poner" y se facturó a final de temporada una cifra de dinero importante. Las crónicas de Vicente Zabala padre, Fernando Fernández Román, Benlloch, etc, eran extraordinarias. Lo denominaban como el Principe del Toreo, que toreaba como los ángeles...

El Fino de novillero compartió muchas tardes cartel con Jesulín de Ubrique y también, aunque algunas menos, con Chamaco. Hasta tal punto era la fuerza que tenían que en muchas ferias sustituían la programación de una corrida de toros por una novillada con picadores. Las tardes de Córdoba, Albacete, Mérida, Bilbao con la mano izquierda, la presentación en Sevilla, los AVES para Madrid, el rabo de Barcelona...


Recuerdo su caracter tímido, observador e introvertido, que ha ido desarrollando en una gran personalidad y en un pedazo de torero.