Finito de Córdoba ha cortado una oreja en Linares, en tarde de máxima expectación donde compartía cartel con José Tomás y José María Manzanares.
No ha sido un lote muy potable el que le ha correspondido al maestro. Un primero muy deslucido y un cuarto de muy poco motor. Con ese cuarto, Juan ha hecho un esfuerzo para construir una faena de manos a más en la que ha terminado por imponerse con calidad y muletazos de poder y estética.
CRÓNICA (DIARIO IDEAL)
Finito de Córdoba quizá fue el perjudicado en la distribución de trofeos, porque en el primero no se sintió a gusto ni estuvo como hubiese deseado; pero aquello cambio en el cuarto, un toro que tenía sus cosas pero al que logró una faena de menos a más y en la que amontonó una serie de muletazos que también tuvieron engarce y ligazón, y en la que volvimos a ver al Finito de sus buenos tiempos. El maestro no sólo se confió sino que fue mejorando la estructura de un toreo en el que hubo mucha calidad y también esa expresión artística que da la verdadera dimensión de un torero cuando es figura, siendo cierto que en el primero el público se sintió decepcionado y de alguna manera hubo de compensarlo con un esfuerzo que se tradujo en una tarea elegante y técnica, llena del poderío, la que tienen los toreros de muchas virtudes. (Angel del Arco)
Foto: Burladero.com
No ha sido un lote muy potable el que le ha correspondido al maestro. Un primero muy deslucido y un cuarto de muy poco motor. Con ese cuarto, Juan ha hecho un esfuerzo para construir una faena de manos a más en la que ha terminado por imponerse con calidad y muletazos de poder y estética.
CRÓNICA (DIARIO IDEAL)
Finito de Córdoba quizá fue el perjudicado en la distribución de trofeos, porque en el primero no se sintió a gusto ni estuvo como hubiese deseado; pero aquello cambio en el cuarto, un toro que tenía sus cosas pero al que logró una faena de menos a más y en la que amontonó una serie de muletazos que también tuvieron engarce y ligazón, y en la que volvimos a ver al Finito de sus buenos tiempos. El maestro no sólo se confió sino que fue mejorando la estructura de un toreo en el que hubo mucha calidad y también esa expresión artística que da la verdadera dimensión de un torero cuando es figura, siendo cierto que en el primero el público se sintió decepcionado y de alguna manera hubo de compensarlo con un esfuerzo que se tradujo en una tarea elegante y técnica, llena del poderío, la que tienen los toreros de muchas virtudes. (Angel del Arco)
Foto: Burladero.com