miércoles, 23 de julio de 2008

INDULTOS, FAENAS GRANDES Y FECHAS INOLVIDABLES

Hay dos argumentos principales a los que siempre se suele recurrir cuando de defender la fiesta ante los ataques antitaurinos se trata. Uno de ellos es su identidad artística, el torrente de emociones que desata, la sensibilidad que despierta, la inspiración que le sirve de alimento, y la rica historia con la que cuenta, que no hace sino dar razones y más razones que avalan a la tauromaquia como una de las grandes artes. Otro de los argumentos más usados es la posibilidad que, en esa lucha entre el animal y el hombre, tiene el toro de salvar su vida gracias a su bravura, para la conservación perpetua de ésta, y de paso de una especie que se extinguiría de no existir la fiesta taurina.

En nuestro torero encontramos la perfecta fusión entre esos dos argumentos: La tauromaquia como sublime expresión artística y la capacidad de llevar a cabo ese concepto único y bello del toreo con el toro bravo de verdad, conduciendo y canalizando en ocasiones esa bravura hasta el punto de que el animal consiga salvar su vida gracias al indulto. Creo que, tras Enrique Ponce, Finito de Córdoba es el torero en activo que más toros ha indultado, dejando ante ellos faenas de elevada calidad y de imborrable recuerdo para el aficionado.

Con Barboso, que salvó su vida el pasado día 13 en Marbella, son ya 16 los toros que han tenido la fortuna de cruzar su bravura y nobleza con el capote y la muleta de Juan Serrano. Indultos que se han producido en todo tipo de plazas, concretamente 3 de ellos han sido en plazas de primera, algo que creo que tampoco ha ocurrido tampoco con ningún torero en activo, otros tres en plazas de segunda, dos en plazas americanas y el resto en plazas de tercera.

He aquí la relación que, salvo error u omisión, pone fechas, nombres y lugares a lo comentado:

28/05/94 Tabernero (Gabriel Rojas), en Córdoba.

15/03/98 Delicado (Manuel Morilla), en Antequera.

02/11/98 Tarasco (Julio Delgado), en Morelia (México).

28/02/2000 Culito (La Dehesilla), en Huelva.

07/03/2000 Consentido (Rancho Grande), en Mérida (Venezuela).

09/07/01 Zafiro (Torrealta), en Barcelona.

17/10/01 Diminuto (Buenavista), en Jaén.

12/04/03 Encantado (Garcigrande), en Almendralejo.

03/08/03 Comadrejo (Bernardino Píriz), en Tarragona.

29/05/04 Bondadoso (Domingo Hdez.), en Córdoba.

12/03/06 Generoso (Luis Algarra), en Morón de la Frontera.

30/04/06 Turronero (Hnos. Sanpedro), en Mora de Toledo.

25/08/06 Sabueso (Fuente Ymbro), en Almagro.

27/05/07 Tamborrero (Luis Albarrán), en Santisteban del Puerto.

07/07/07 Liderado (Torreherberos), en Lucena.

13/07/08 Barboso (Varela Crujo), en Marbella.

Además de estos indultos, caben destacar también tres fechas importantes en las que El Fino dejó faenas memorables ante bravos ejemplares que finalmente no fueron indultados por la autoridad, pero que la insistente petición del público y la gran sensibilidad del torero les hizo volver con vida a los corrales, tras sonar los tres avisos. Fueron estos:

14/11/99 Trovelero (El Capiro), en Valencia (Venezuela).

20/05/2000 Ballesteros (García Jiménez), en Osuna.

08/10/04 Langosto (Pérez Tabernero), en Montoro.

Especialmente significativa y a la vez dolorosa resultó la pérdida de Langosto. El propio torero confesaba que "Uno siempre sueña con torear de salón en una plaza, algo que es casi imposible. Sin embargo, hoy me he aproximado, con momentos en los que parecía que estaba entrenando". Finalmente, no hubo piedad ni justicia para el bravo toro de Pérez Tabernero.

Estas han sido, son y serán fechas históricas. En primer lugar para los finitistas, por supuesto, ya que aquellas en las que tuvimos la suerte de estar nos han marcado y unido aún más a nuestro torero. Pero también son fechas históricas para la tauromaquia ya que además de las grandes lecciones de toreo que quedaron en ellas, muchos de esos animales indultados han dado ya abundantes y buenos productos en la cabaña brava para bien de la fiesta, y de paso han dado sentido y forma a uno de esos argumentos de tanto peso que sirven para defenderla. Unos argumentos que tienen para mí en Finito de Córdoba a un claro exponente.