No cabe más impotencia ante la demostración de nula casta de la corrida de Parladé. De un plumazo los deseos y los sueños se han esfumado al hacerse presentes unos toros tan bonitos por fuera como vacíos por dentro. Y es que puestos a elegir, casi me hubiese conformado con que no se devolviese el primero, que tenía buen aire, para que saliera un sobrero que lo único que ha hecho ha sido elevar aún más el balance negativo del encierro. Aún así, supongo que el desenlace no hubiese variado en demasía.
Los titulares, además de para la pésima corrida enviada por Juan Pedro, serán para la faena de Morante a su primero, muy por encima del toro, con muchos detalles, muy personal, pinturera y añeja. Bien Morante.
El Fino ha estado queriendo toda la tarde. Me ha gustado su disposición, sus ganas a pesar de la poca colaboración de lo que tenía delante, sobre todo ese sobrero primero. Y en el cuarto, para mí, ha dejado el mejor toreo de capote de la tarde, toreando con gusto y rematando con una media superior. Con la muleta, y hasta que el de Parladé se ha parado, las dos series en redondo han deparado varios muletazos largos y profundos. Cierto es que ha sido poco, tan cierto como que no había más mimbre para el cesto, a pesar del esfuerzo del torero porque aquello rompiera. Con la espada, mal en los dos, todo hay que decirlo, aunque tampoco había gran recompensa detrás.
En fin, lo pasado, pasado está. Es una pena porque la sensación que a mí me ha transmitido Juan es que si un toro, o los dos, se hubiesen dejado más de lo que lo han hecho, al menos como sus hechuras cantaban, hubiésemos recordado esta tarde como una de las grandes. Al menos, ahí queda la muestra de lo que ha sido, y el reflejo de lo que pudo ser y que aún seguiremos soñando y deseando.
Fotos: Burladero.com