
Esperemos que hoy la suerte esté de lado y el maestro pueda mostrar su gran momento ante la afición extremeña, rematando de esta forma un mes de agosto que termina a gran nivel.
Foto: José Ramón Lozano
Los mejores muletazos de la tarde los dibujó el brujo Finito en el cuarto, un toro que en los primeros compases de la faena embestía con la cara alta y punteando los engaños, y al que el nigromante andaluz hechizó para encelarlo con tesón en la muleta con sometimiento y mando. Ejerció su engatusador dominio por el pitón derecho, en series de mano baja, templadas y eternas. Después, molinetes y adornos, como últimos ingredientes de la pócima, que a esas alturas ya había surtido el efecto conquistador en la plaza con creces. Una oreja de ley para el faquir. (Maribel Pérez, Mundotoro)
Pero Finito de Córdoba, con tantos años de alternativa, sabe ver los toros y vio bien a su segundo, a pesar de tener poca 'gasolina'. Lo fijó con el toreo a la verónica, mostrando ganas y ganándole la partida. La confirmación definitiva de esa 'lucha' llegó con la muleta, tras una primera tanda por el pitón derecho, mandando y templando en cada muletazo. El intento por la izquierda dejó claro que el pitón potable era el diestro, por el que instrumentó buenas tandas de derechazos, con intensidad, con mucha templanza y pulcritud. (JuanJo Aguilera, Ideal)
Finito, poseedor de un fino estilo, se resarció con el buen cuarto con bonitas verónicas y una labor cimentada sobre la derecha, con muletazos de estética y bello trazo. Hubo algunos con el compás abierto y sentimiento y dos pases de pecho de pitón a rabo. Mató de una certera estocada y paseó una oreja. (ABC)
Finito ha salvado la tarde por su empuje en un toro por el que no se daba un duro. Lo esperó, lo sobó, y le sacó tandas merecidas. Hasta ahora, sin ser perfecta, lleva la estocada de la feria. (Benjamín H. Montanari, El Almería)
En sus manos cayeron el toro bueno y el más noble y El Fino, que toreó muy bien de capa, lo hizo todo para sí, como definen ahora muchos sus actuaciones. Con series más de espejo que de querer tirar e imponerse, Finito se gustó y gustó.
A veces la vida ofrece revancha antes incluso de lo esperado, a veces existe la justicia.
La tarde de hoy ha devuelto a todos el toreo atemporal de un maestro. Finito, que ya en su primero instrumentó una faena cumbre basada sobre todo en el pitón derecho y de la que perdió los trofeos por su fallo a espadas, ha extasiado al público que abarrotaba los tendidos de la sevillana plaza de Constantina en el cuarto toro de la tarde: Exquisito de la ganadería de Albarreal.
Magistral comienzo de faena con el torero doblándose muy por abajo con el animal que embestía con ritmo y cadencia a la muleta de Finito. Ha iniciado la faena sobre la mano derecha y ha dado muletazos de esos que detienen el tiempo, de esos que llegan siempre un poco más allá de donde ya parece imposible. Excelso juego de muñecas, armonía, cadencia, hondura, de un torero roto por la dimensión de la creación que realizaba. Con la izquierda Finito ha dibujado naturales de los que es difícil escribir, templando, alargando, bajando mucho la mano, rematando atrás. Cambios de mano, vuelta a la derecha, vuelta a la izquierda, una borrachera de toreo clásico, de toreo indescriptible, hasta que ha conseguido perdonar la vida del animal.
Como decíamos al principio, hoy la justicia le hizo un gran favor al arte.