miércoles, 29 de diciembre de 2010

LA TORERÍA POR BANDERA (A Curro Molina)

No ha sido justo con Curro el destino de esta profesión. Su despedida, anunciada desde el "dique seco" en pleno invierno no es ni la que merecía y ni mucho menos la que podía soñar el que seguramente es el mejor lidiador-banderillero de la última década, y vamos a dejarlo ahí porque quizá nos podríamos ir más atrás.

Curro Molina, Torero. Torero grande. Un artista que ha llevado su labor a cotas fenomenales, a una altura de maestría tal que ha ido creando escuela con el paso de los años, convirtiéndose en referencia no sólo para los jóvenes, sino también para los propios coetáneos, que a la vez que disfrutaban con sus lidias y sus pares, "tomaban nota", que diría Juncal, para buscar en si mismos esa perfección tan natural con la que sentaba cátedra el de Alcalá de Guadaria, tarde sí, tarde también.

Natural, personal, torerísimo. Pocos han llegado o llegarán a su altura, precisamente por esos matices tan difíciles de imitar. Y es que Curro, en cada lance o en cada par, destilaba torería pura, y conseguía, de ahí su gran mérito, hacer converger la eficacia y el buen hacer para con el toro que debía servir a su matador, con la belleza, el gusto y el sabor que dejaban sus actuaciones en la retina del aficionado.

En la mía, inolvidables, las cuatro temporadas que estuvo a las órdenes del maestro Finito de Córdoba, entre 2002 y 2005, años en los que el maestro de plata sevillano llegó una dimensión y a una categoría fuera de serie, y en los que son incontables las grandes faenas del Fino precedidas de las grandes lidias de Curro.

Precisamente en Sevilla, en 2002, la música acompañó una de las mejores bregas capoteras que se recuerdan, y que puso en pie a la Maestranza. No fue la única vez, ni en Sevilla ni en otros lugares, pues tan sólo hay que echar un vistazo a la manera que ha tenido este torero de "arrasar" con todos los premios más importantes de las principales ferias.

Se va Curro de los ruedos. Se van un grande. El mejor entre los mejores, como he podido leer en estos días. Lo hace injustamente tratado por la fortuna y el destino, pero dejando tras de si la estela irrepetible de quien ha marcado una época. Llevando, allá donde vaya, esa inmensa torería que fue y seguirá siendo bandera de lo que él representa.

Mucha suerte Torero.

Foto: Mundotoro.