FINITO DE CÓRDOBA: AL NATURAL...

domingo, 4 de octubre de 2009

AL NATURAL...

Abordar el análisis del torero al natural de Finito de Córdoba, es entrar a valorar uno de los pilares fundamentales sobre los que ha construido su tauromaquia, y de una de su más característica seña de identidad.

El toreo al natural en El Fino, más que un muletazo o una suerte, es una cualidad, una condición innata, una forma de expresar y de sentir, de ahí su particular y personal interpretación, ya desde sus inicios. Para muestra, sirvan las imágenes que pueden contemplar en el vídeo que corresponde a una novillada sin picadores celebrada en Montoro, en el año 89, en la que el toreo a izquierdas es de una transmisión, profundidad y perfección increíbles para una joven promesa, atreviéndome a decir incluso, y con todos los respetos, que son muletazos difíciles de ver hoy en muchas figuras consagradas.

Es por ello, que más que de naturales, cabría hablar de naturalidad, de expresión propia, de propio instinto artístico y torero, que se plasma en toda su dimensión enganchando al animal adelante, abierto el compás y asentada la planta, y llevándolo atrás, conduciendo (que no acompañando) la embestida, para rematar abajo, muy abajo de la pala de pitón, con ese mágico y preciso giro de muñeca que a su vez permite la correcta y perfecta colocación para trazar el siguiente.

Sobran, sin duda, las presentaciones para este muletazo en el maestro Juan Serrano. Sobran, porque evocar su ejecución es evocar también grandes obras donde su protagonismo ha quedado marcado e indeleble en la memoria colectiva de los buenos aficionados.

Este es el natural del Fino, o mejor dicho, El Fino al natural. Deleite para los sentidos, sabor exquisito que queda en el paladar...