lunes, 28 de febrero de 2011

SABOR Y GUSTO EN HONOR A CURRO


La primera nota emotiva de la tarde llegó nada más romperse el paseíllo. Curro Molina, que recibió un obsequio en recuerdo de su homenaje, era invitado por los matadores, que se retiraron hasta tablas, a saludar al público asistente. El de Alcalá, impecablemente vestido de gris, pañoleta roja al cuello, se plantó entre las dos rayas y giró sobre si mismo, sombrero en mano, recorriendo toda la circunferencia del coso de Utrera, como tantas tardes en tantas plazas hizo vestido de luces.

En segundo lugar se corrió un ejemplar de Fuente Ymbro que tuvo movilidad y recorrido. Álvaro Oliver lidió con nota, y el maestro, tras el brindis a su amigo Curro, se dobló con gusto en el inicio. El viento molestaba, y eso condicionó el transcurso de la faena, que tuvo que desarrollarse al abrigo de las tablas. Dos tandas a derechas, mandonas y de trazo largo, precedieron a un intento al natural en el que el animal quiso menos. De vuelta a la derecha, ante el viento y lo aquerenciado del de Fuente Ymbro, surgió nuevamente el toreo profundo en una docena de redondos que hicieron crujir la plaza. ¡Qué pena el aire!

El maestro quiso más, cogió otra vez la izquierda para dejar algún natural suelto rebosante de torería, y en una última tanda en redondo volvió a dibujar muletazos de excelsa categoría.

Dos pinchazos antes de la estocada final dejaron el premio en una gran ovación, aunque el verdadero premio para todos había estado en esos bellos pasajes con los que, a pesar del viento, el maestro nos había hecho disfrutar. Seguro que Curro también lo hizo...

Foto: Matito.