domingo, 6 de junio de 2010

LLEGÓ EL TOREO, FALTÓ LA ESPADA

Gran faena la protagonizada esta tarde por Finito de Córdoba en la Monumental de Barcelona ante el cuarto toro de Domingo Hernández, un animal que en la muleta ha sacado fondo y recorrido, pero ante el que el maestro ha tenido que estar firme y decidido, puesto que el toro tenía mucho que tragar al inicio de las series, y mucho que torear.

Faena, por tanto, de plasticidad, prestancia y calidad, aunque también de entrega, poder y torería. Los muletazos, por ambos pitones, han rebosado sabor y cadencia, encajado el torero, profundo, sincero, y siempre a más en gusto y empaque. Los remates excelentes, y un cambio de mano, en el epílogo, sencillamente sublime.

Nunca se ha cansado El Fino de presentarle la muleta al de Domingo Hernández. Tanto, que toreando sonó un aviso, y antes de entrar a matar ya estaba sonando el segundo. La espada dejó sin premio una bella obra, pero la gran ovación de los aficionados daba fe de la dimensión que Juan Serrano había mostrado con ese toro.

Ante el primero, con el que se empleó con gusto a la verónica, el maestro construyó una faena también larga, y en la que hubo pasajes de importancia por el pitón derecho. No obstante, la intensidad fue menor. Aquí tampoco hubo acierto con los aceros.

Entre los de plata, destacaron Álvaro Oliver y José María Soler, una tarde más, en la lidia del primero y cuarto respectivamente.

Fotos: Faricle.