lunes, 17 de mayo de 2010

"ARREMATANDO" LO DE JEREZ...


Le debía este post desde hace unos días al bueno de D. Fernando Naranjo. Se lo debía, pues sus palabras de apoyo e incondicional admiración hacia el maestro Finito de Córdoba no podían quedarse en el tintero para este que escribe y que, con sumo gusto, transcribe la enésima demostración de sensibilidad y asolerada categoría literaria de D. Fernando. Más meritorio aún, si tenemos en cuenta que no están escritas con el objetivo de subirse al carro del triunfo y el éxito, que por desgracia no lo hubo en la tarde jerezena, y sí para ensalzar lo eterno, lo inmortal y lo imborrable, aquello a lo que ya nos aferramos esperando la siguiente tentativa, ya en el mayo cordobés.

Allí, si todo va bien, seguro que mucha tinta correrá para cantarlo, y para decir aquello de "ese es mi Finito...", "Yo, finitista de siempre..." (claro, claro...). No les digo nada de la que manará, cual torrente desbocado, si la cosa se tuerce...

Pero mientras tanto, y sin mayor pretensión que la de expresar su sentimiento en libertad... y con suma belleza, D. Fernando nos da lección, una más, de como se palpa y se siente el romanticismo de la fiesta. Ese que nunca muere (o no debiera...).

Acababa de hacer unos comentarios en el portal “burladero.com” que me dejan mal sabor de boca, a pesar de que no quiero encontrar “motivos” que amarguen mi paladar, cuando comentar sobre Juan Serrano el “Fino” de su Córdoba torera juncal y bendita, sea, por todos sus genes, que con generosidad romana-árabe-judeo-cristiana, nos otorgó, para la historia de la humanidad por la que es fielmente protegida!...

No me sale hacer leña, de un árbol que solo a necios les parece estar caído…¿A cuál de las dos Españas les achaco estas, u otras barbaridades que ya no quedan canastos, donde dar cobijo a tantas, felonías madrugadoras, que pugnan por más temprano, tempranar?…

Este que no tuvo la suerte de nacer bajo su puente romano, vigilado por su arcángel…Pero en estas, tan toreras mareas, mojaron su cabeza en el momento bautismal… Aunque la Tramontana celosa, quisiera apagar las velas, cuando estas tornaron se briosas, convertidas en sedas toreras, y navegaron todos los ríos que buscan ansiosos la mar…

Hoy, como tantas veces (ahora) dispuse del “tendido de los ciegos” Y la coherencia pudiera darme nones, tan solo me asiste esta fe mía, y como no, mi amante, la imaginación, esa que me hace ser un adúltero y proscrito insufrible…Dios se apiade de mi alma…¿ aunque por aquello, de ser todas suyas?...

Entonces busco en el zurrón de mis recuerdos y aireo los más bellos, porque los ingratos son siempre huérfanos, y no tuvieron razón de ser, mal que nos pese a todos…Entonces parto mi lanza por el “fino” que tanto y tan exquisito licor nos dio de su bota a beber… Su más delicioso buqué!…