Su autor sólo podía ser una de las pocas personas que de verdad pueden tomarse la licencia de titular así un texto, porque ha tenido y tiene el gran privilegio y la suerte de palpar en primera instancia, y en muchas ocasiones casi de manera exclusiva, la extraordinaria dimensión artística y personal de Juan Serrano “Finito de Córdoba”. Una persona que ha sabido disfrutar en lo mejor, y también sufrir (qué siempre es más difícil) cuando pintaban bastos. Siempre fiel, siempre leal, siempre amigo.
Es por ello, que después de conocerle, después de compartir varios momentos y alguna que otra reflexión cargada de sinceridad y exenta de medianías, estoy en condiciones de afirmar que si bien para él, para Vicente Campillo, “El Mister”, es un privilegio tener la amistad del Fino, no menos privilegio y satisfacción debe ser para El Fino tener a Vicente cerca en las duras y en las maduras.
Yo, que me siento orgulloso y afortunado por haber disfrutado tantas tardes del toreo grande del maestro, puedo decir ahora que igualmente me siento agraciado por haber disfrutado ya en más de una ocasión de ese toreo grande junto a Vicente Campillo. De haber comprobado como lo vive, como lo siente, y como, a pesar del paso del tiempo, (son ya más de veinte años), no decae su pasión y su apoyo sin condición alguna.
El pasado sábado, sin ir más lejos, cuando salíamos juntos de la plaza en
Dicho esto, y disculpándome por extenderme demasiado, ante la inminente efeméride del XVIII aniversario de alternativa del maestro, no podía faltar la visión y el recuerdo de aquella época en las letras del Mister, en las vivencias de Vicente Campillo, un finitista ejemplar, un amigo de bandera.
VIVENCIAS CON EL FINO (II). Por Vicente Carlos Campillo.
Se acerca el 23 de Mayo, un día importante en la vida de Juan Serrano Pineda puesto que, como todo buen aficionado sabe, en 1991 tomó la alternativa en Córdoba, en la plaza de toros de Los Califas, con el "No Hay Billetes" colgado en las taquillas, en corrida de lujo con Paco Ojeda como padrino y con Fernando Cepeda como testigo de la ceremonia.
Siguiendo con mis vivencias con el Fino, guardo como un trofeo muy preciado una carta de Juan que me mandó en febrero del 90, contándome su preparación y entrenamientos en Salamanca, haciendo tentaderos en muchas ganaderías acompañado por Rafael Piédrola (qepd) y Gabriel de
Finito de Córdoba junto a Vicente Campillo en la finca de García Fernández-Palacios, durante un tentadero en su época de novillero
Yo entrenaba al Orihuela C.F. esa temporada con muy buena trayectoria, ya que se ascendió a 2ª A al término de la misma, y lo veía torear cuando mis obligaciones profesionales me lo permitían. Era el inicio de una buena relación de amistad consolidada con el paso de los años, y de admiración y respeto profesional hacia una inminente "figura del toreo" sin discusión posible...
Tengo como recuerdo entradas de aquellos años de 1990 y 1991, como por ejemplo una del 20 de marzo del noventa, en Castellón, con una novillada de Manolo González, alternando con Jesulín y Chamaco. La vi con el maestro Manzanares en una grada del coso castellonense, con comentarios extraordinarios de éste dedicados al novillero cordobés. Otra novillada en abril en Murcia de José Luis Osborne, alternando con los mismos compañeros. De este día tengo una anécdota entrañable. Ya en el hotel, después de la novillada, subí a la habitación a saludar al Fino. Allí nos encontrábamos el torero, su mozo de espadas de entonces, Pepe el Pinturas, el padre del torero y yo. No se habían cortado orejas y el gesto era serio en todos los presentes, silencio en el ambiente y Melitón Serrano recogiendo también pertenencias del matador, mirando a ninguna parte comentaba: "nosotros sin tabaco...y ese rico jugándose la vida...", refiriéndose a Chamaco que estuvo con mucha entrega, toreando de rodillas, mermado físicamente, a su manera...,repitiendo la frase muchas veces para motivar al Fino, para que no se durmiera en los laureles para posteriores actuaciones. Lo decía con la exigencia y el cariño de ser su padre: "...me cago en la leche que has m..."
Posando en la Cervecería el Coto, con el trofeo al mejor novillero de la feria de Córdoba de 1990
Llega Sevilla, debut en
Después llegó
En la temporada 1991 yo estaba en el Hércules C.F. y siempre que podía acudía a verlo. Está grabado en mi memoria un magnífico detalle de Zurito, el apoderado de Juan, el día de la alternativa del Fino: yo salí de Alicante a la una del mediodía hacia Córdoba con un amigo después del entrenamiento, sin entradas, con el papel acabado y la reventa por las nubes. Entrar al hotel Meliá en Córdoba aquel día era misión imposible. Me encuentro en el bar del hotel a Gabriel y me dijo: "estas dos entradas te las tenía guardadas para ti, porque sabía que ibas a venir...". Yo a él no le había dicho nada.
Ahí empezó el Fino como matador de toros. Han pasado 18 años con un concepto clásico y extraordinario y es una figura del mas alto nivel como torero y como persona.