
Toreo grande del maestro ante este ejemplar, en un trasteo cuajado de muletazos enormes, profundos y genuinos, tanto en redondo como al natural, en varias tandas para el recuerdo. El final de faena, abrochado con ayudados y trincherillas, y la eficaz estocada, han precedido a la unámime petición del doble trofeo.
Con el primero ha sobresalido su actitud ante un animal complicado y de embestida incierta, del que ha paseado una oreja tras pasaportarlo con habilidad y prontitud.
Queda pues, para la historia de esta centenaria plaza, y en el día en el que grupos anti-taurinos se manifestaban a sus puertas en contra de la fiesta, el sello del toreo caro de Juan Serrano, para demostrar, una vez más, que la tauromaquia es, además de libre, puro arte y hondo sentimiento.
Foto: G. Bosch.
Foto: G. Bosch.